Miércoles, como sabéis día en el que suelo subir mi
pequeña gran aportación al mundo. En especial la de hoy me apetece tanto
escribírosla que no sé muy bien por dónde empezar.
Me gustaría meteros un poco en situación, os voy a
contar la historia de un trabajador, joven (25 años), murciano y cuyo caso es
el siguiente. Su nombre es José, y para resumiros su expediente, puedo
resaltaros que tiene la Titulación de técnico superior, una ingeniería en
técnico de electricidad y un máster en energías renovables. Hasta aquí podéis
empezar a maquinar en vuestras cabezas cual va a ser el tema de esta semana,
pero seguro que ya no os quedará ninguna duda si os digo que éste joven
murciano tiene seis matrículas en la carrera, una matrícula en el trabajo fin
de máster y de carrera, además de un más que reconocido B2 en inglés. En efecto
mi artículo de hoy pretendo que sea toda una denuncia a la situación que sufren los recién salidos
al mercado contando con currículos como éste (como podéis ver nada despreciable).
Como si no fuese poco, José, como ejemplo
representativo de miles y miles de españoles muy bien formados y trabajando en
condiciones pésimas(los que tengan la suerte de trabajar claro…) publicó hace
unas semanas un artículo en la reconocida International Conference on renewable
energies and power quality(ICREPQ´13) que se celebró este mismo año en Bilbao.
Pues bien, frente a esta situación creo que debemos
preguntarnos una cuestión: ¿Somos los españoles los nuevos emigrantes europeos?
No hace mucho tiempo, circuló por la red una fotografía que contaba, en breves
palabras, la historia de un español, con un gran expediente, y que pensó que en
Londres encontraría un futuro mejor y sin embargo estaba limpiando váteres
(trabajo más que respetable pero, dudo que esa fuese la aspiración de este
chico). Esto es solo otro ejemplo para afirmar (al menos desde donde yo lo veo)
que los españoles, pese a formar a grandes trabajadores en diversos campos, no
tienen el poder suficiente como para mantener todo ese potencial en España, con
respecto a la pregunta mi respuesta es SÍ , somos los nuevo emigrantes, con
nuestra formación más que completa, pero emigrantes al fin y al cabo buscando
algo mejor. A veces porque no hay dinero, otras porque no hay trabajo y otras porque
llega un EEUU (por ejemplo) echa un ojo al potencial español y se lleva las
cabecitas pensantes a su país (por supuesto para que si éstas logran descubrir algo el mérito sea de EEUU).
¡Qué triste realidad!
Y si la alternativa es quedarse en España la
situación no es nada favorable, en el caso de José trabaja (y por ello encima
tiene que estar agradecido) por 3,4 euros/hora (y a saber cuántas horas) en una
empresa de energías renovables. Con esa cantidad no le queda otra que buscar
sobresueldos es la hostelería.
Quizá penséis, que es fácil criticar la situación
cuando no nadie aporta soluciones, pues bien, todos sabemos que hay miles de
personas deseando levantar España con su trabajo y esfuerzo (que para ello han
estudiado durante tantos años) y que lo que necesitan es una oportunidad. Pero
no olvidemos que uno de los grandes defectos de éste país es que se funciona
por contactos y así nos va. Sin entrar en temas políticos, creo que el Gobierno
(sea del color que sea) tendría que hacer todo lo posible por evitar la huida
masiva de las generaciones que tienen que levantar este país.
Yo misma, por
otro lado, recibí hace unos días, por parte de diferentes autoridades del mundo
audiovisual de la Región de Murcia, el consejo de partir. De irme a otros países
emergentes, de no quedarme, ya no en Murcia sino si quiera en España. Y esto es
sin duda lo que haré.
Finalmente quiero agradecer a José por dejarme
utilizarle como ejemplo y a vosotros, mis lectores, espero no haberos sonado
demasiado sensacionalista, pero este es un tema tan ignorado y tan duro(y del que podríamos estar debatiendo durante horas y horas) para
todos nosotros que no me quedaba otra cosa que luchar, con mis humildes
palabras, pero luchar.
Aquí os dejo el documento correspondiente a la ICREPQ´13 de José
Carmen María Navarro López